El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sigue generando debate en torno a su política comercial, particularmente por su enfoque de imponer aranceles a productos de varios países. A principios de julio, Trump anunció la imposición de aranceles del 50% a las importaciones brasileñas, una medida que generó tensiones tanto dentro como fuera de las fronteras estadounidenses. Sin embargo, tan solo unas semanas después, el presidente retrocedió parcialmente, eximiendo a casi 700 productos de los aranceles iniciales. Este movimiento ha provocado que especialistas y economistas discutan lo que muchos han denominado la «teoría TACO», un concepto que describe cómo Trump tiende a «echarse atrás» en momentos clave de su estrategia económica.
¿En qué consiste la teoría TACO?
La «teoría TACO» (Trump Always Chickens Out) se originó a raíz de las acciones comerciales de Trump y hace referencia a su hábito de hacer amenazas grandes y ruidosas, pero posteriormente dar un paso atrás para mitigar el daño a la economía estadounidense. El término fue acuñado por el columnista de mercados financieros Robert Armstrong, quien observó que los inversionistas se beneficiaban del aparente retroceso de Trump, apostando a que el presidente abandonaría muchas de sus políticas más radicales después de hacer declaraciones agresivas.
Este patrón se repitió en diversas ocasiones, como en abril, cuando Trump presentó su «Día de la Liberación», en el que impuso aranceles a casi todos los socios comerciales de EE.UU. En ese momento, los mercados globales se desplomaron debido al miedo de una recesión global. Sin embargo, los inversionistas que apostaron a que Trump retrocedería en sus amenazas terminaron ganando, ya que el presidente suavizó su postura, lo que permitió a los mercados recuperarse rápidamente.
La nueva ronda de aranceles de Trump
Este mes, Trump reactivó su ofensiva arancelaria, anunciando sanciones a diversos países y bloqueos comerciales, con amenazas de imponer aranceles de hasta el 50%. Entre los afectados se encuentran países como Brasil, con el que Estados Unidos ha mantenido negociaciones complicadas en los últimos meses. Sin embargo, tras la crítica internacional y las consecuencias económicas que podrían haberse derivado de estos aranceles, Trump dio un paso atrás, eximiendo productos clave como jugo de naranja y aeronaves brasileñas, aunque mantuvo tarifas elevadas para otros sectores.
Este retroceso generó especulaciones sobre el papel que juega la «teoría TACO» en la estrategia comercial de Trump. Mientras que algunos analistas ven este cambio como una táctica negociadora, otros lo consideran una forma de evitar daños económicos que podrían haber afectado la economía estadounidense, especialmente en sectores clave como la industria aeronáutica y la producción de jugos.
El enfoque estratégico en la negociación del «TACO»
El economista británico David Lubin, de Chatham House, sostiene que la teoría TACO se ha convertido en una estrategia de negociación habitual para Trump. Según Lubin, la táctica de imponer grandes amenazas, a menudo imposibles de ejecutar, tiene como objetivo presionar a los países para que cedan en las negociaciones comerciales, sabiendo que el presidente podría dar marcha atrás en ciertas decisiones si estas afectan demasiado la economía interna.
El caso de Brasil ilustra bien esta estrategia. Mientras que las amenazas arancelarias de Trump contra productos brasileños parecían inminentes, el alivio otorgado a ciertos sectores de Brasil muestra que el presidente está dispuesto a ajustar sus políticas cuando la presión económica interna lo requiere. La decisión de retroceder en algunos aranceles podría verse como un intento de minimizar los daños económicos tanto para Brasil como para Estados Unidos, evitando así un aumento en los precios de consumo en ambos países.
Los efectos políticos y económicos
La política arancelaria de Trump no solo tiene implicaciones económicas, sino también políticas. En el caso de Brasil, su acercamiento con el expresidente Jair Bolsonaro podría verse como un movimiento para fortalecer su apoyo político en el país sudamericano, mientras que las sanciones al ministro Alexandre de Moraes podrían tener un enfoque más personal y de confrontación política. De acuerdo con el economista Lubin, estas acciones muestran cómo Trump utiliza los aranceles y las sanciones como herramientas para expresar su descontento político, especialmente hacia líderes que no comparten su visión.
Sobre las consecuencias económicas, los aranceles impuestos por Trump han mostrado resultados diversos. De un lado, estos aranceles han incrementado la inflación y los costos de producción en EE.UU., perjudicando a los consumidores. Del otro lado, eliminar algunos de estos aranceles ha contribuido a la estabilidad de ciertos sectores económicos, como la industria de jugos y la aeronáutica. Aun así, el efecto completo de estas políticas comerciales sigue siendo incierto, mientras que la volatilidad de los mercados permanece como un asunto crucial.
Los próximos pasos en la política comercial de Trump
A medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024, se espera que la política comercial de Trump siga evolucionando. Con la posibilidad de que la estrategia TACO se convierta en una característica constante de su enfoque negociador, es probable que Trump continúe utilizando los aranceles como una forma de presionar a los países para que acepten acuerdos comerciales más favorables para Estados Unidos.
Aunque el enfoque pudo haber generado algunas ventajas inmediatas, los especialistas advierten que basarse en intimidaciones y retractaciones podría perjudicar las relaciones comerciales internacionales con el tiempo. La incertidumbre y la incoherencia en la política de comercio podrían seguir impactando los mercados globales y el comercio internacional, comprometiendo la estabilidad de la economía global.