El reciente acuerdo comercial entre Estados Unidos y la Unión Europea, anunciado después de intensas negociaciones en Escocia, ha sido calificado por muchos como uno de los más grandes de la historia. Sin embargo, a pesar de los anuncios optimistas de los líderes de ambas partes, este acuerdo aún parece ser más un marco preliminar que un tratado completo, con muchos detalles pendientes de definición. Las primeras cifras y declaraciones revelan tanto a los sectores que se beneficiarán como a aquellos que sufrirán con los nuevos términos comerciales. A continuación, exploramos quiénes ganan y quiénes pierden con este acuerdo.
Los favorecidos: Estados Unidos, el mercado y los productores de vehículos
Trump y los intereses de los Estados Unidos
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido uno de los principales impulsores de este acuerdo, y su administración celebra lo que considera un éxito para su política comercial. El acuerdo promete generar ingresos significativos para EE.UU., especialmente por los impuestos a la importación de productos provenientes de la Unión Europea. Según los primeros análisis económicos, se espera que los aranceles impuestos en productos importados, como los automóviles y la energía, beneficien a la economía estadounidense. Sin embargo, el impacto a largo plazo aún está por verse, ya que los efectos de los aranceles y la reestructuración económica de EE.UU. podrían tener consecuencias en la inflación, el empleo y el crecimiento económico.
Aunque el convenio está planeado para proporcionar ventajas rápidamente, los oficiales de los Estados Unidos están observando atentamente la información económica, incluyendo indicadores de inflación y la confianza del consumidor, para determinar si las consecuencias de los aranceles conducen a beneficios adicionales o a daños económicos. Por ahora, el mercado muestra optimismo, y los índices bursátiles de Asia, Europa y Wall Street registraron aumentos luego de que se publicara el esquema del convenio.
El impacto para los mercados y la energía
Los mercados encuentran ventajas en el pacto, dado que se ha obtenido más seguridad en cuanto a las tarifas y aranceles entre EE.UU. y la UE. Los inversores acogieron con agrado este pacto, especialmente porque el arancel del 15% presentado para los productos de la UE fue menos drástico de lo que muchos temían. Esta medida ofrece estabilidad y previsión para el comercio transatlántico, lo que es beneficioso para los mercados financieros a nivel internacional.
Otro ganador importante de este acuerdo es la industria energética estadounidense. Según lo anunciado, la UE comprará US$750,000 millones en energía de EE.UU., lo que implica una mayor seguridad para el suministro energético de Europa, especialmente en el contexto de la guerra en Ucrania y el intento de reducir la dependencia del gas y petróleo rusos. Esta medida también incluye un incremento en la inversión europea en EE.UU., lo que se considera un paso hacia una integración más profunda entre ambos bloques económicos en el sector energético.
Los afectados: consumidores, Europa y varios sectores industriales
Los consumidores estadounidenses
A pesar de que el convenio parece beneficioso para EE.UU., la población general podría experimentar un impacto por el alza de los aranceles. Los artículos traídos desde la UE, sobre todo aquellos vinculados al ámbito automotriz y ciertos productos de consumo, tendrán un incremento en sus precios debido al nuevo arancel del 15%. Esto podría convertirse en un incremento en el costo de vida para los estadounidenses, quienes ya están enfrentando una creciente presión inflacionaria.
Los impuestos que se aplican a bienes adquiridos fuera del país implican que los compradores pagarán más por productos provenientes de Europa. Por ejemplo, si un producto de $100 importado desde la UE ahora tiene un gravamen extra del 15%, el costo total del artículo ascenderá a $115. A pesar de que el convenio no incrementa los aranceles a los niveles previstos inicialmente, este aumento podría intensificar las tensiones tanto sociales como económicas, sobre todo si se añaden a otras presiones sobre la economía estadounidense.
La cohesión europea y los fabricantes de autos
Un sector que se ve perjudicado por el acuerdo es la industria automotriz en la UE, particularmente en Alemania, donde la producción de automóviles es una de las principales fuentes de exportación. Aunque el nuevo acuerdo reduce los aranceles sobre los automóviles importados por EE.UU., del 27.5% a un 15%, la asociación de fabricantes de autos de Alemania, VDA, ha advertido que, incluso con la reducción, el nuevo arancel sigue costando miles de millones de euros anuales a la industria. A pesar de ser un acuerdo que beneficia parcialmente a los fabricantes de autos alemanes, el cambio no es tan sustancial como algunos esperaban.
La industria farmacéutica y las tensiones dentro de la UE
Otro sector que ha resultado perjudicado es la industria farmacéutica de la UE. Aunque el acuerdo incluye una reducción de aranceles en varios productos, los medicamentos fabricados en Europa, que tienen una presencia significativa en el mercado estadounidense, no han sido completamente exentos de aranceles. Esto representa una decepción para la industria, especialmente en países como Irlanda, que dependen en gran medida de las exportaciones de productos farmacéuticos.
Además, el acuerdo ha generado una creciente preocupación dentro de la propia UE. Algunos países, como Francia y Hungría, han expresado críticas, alegando que el acuerdo no refleja adecuadamente los intereses de todos los miembros del bloque. Las divisiones internas dentro de la UE se han intensificado, lo que podría afectar la cohesión del bloque a largo plazo.
Un acuerdo con efectos mixtos
El tratado comercial entre EE.UU. y la Unión Europea representa un avance significativo hacia la mitigación de las tensiones comerciales transatlánticas, aunque sus beneficios no son igualmente positivos para todas las partes. Si bien Estados Unidos, especialmente en el ámbito de la energía, los mercados financieros y ciertas industrias como la automotriz, se ve favorecido, los consumidores americanos y algunos sectores industriales europeos, incluidos el automotriz y farmacéutico, se enfrentarán a mayores costos y dificultades. Además, las tensiones internas dentro de la UE y las críticas por la falta de beneficios equitativos para todos los miembros del bloque podrían afectar el futuro de este tratado. Por lo tanto, aunque se considera un acuerdo histórico, aún está por determinar si las ventajas sobrepasarán los costos a largo plazo para todos los participantes.