La relación entre Mario Vargas Llosa y Francia se forjó desde sus primeros años como escritor, marcando profundamente su trayectoria literaria y personal. Desde su llegada a París en 1959, la cultura francesa se convirtió en una fuente constante de inspiración y formación para el autor peruano.
En la ciudad principal de Francia, Vargas Llosa encontró libros esenciales de la literatura, como Madame Bovary.
de Gustave Flaubert, que influyeron decisivamente en su estilo narrativo. Durante su estancia en París, trabajó como periodista y se sumergió en el ambiente intelectual de la ciudad, participando en debates y conferencias que enriquecieron su visión del mundo y de la literatura.
A lo largo de su carrera, la influencia de la literatura y el pensamiento franceses se reflejó en sus obras y ensayos. Autores como Victor Hugo y Jean-Paul Sartre dejaron una huella en su pensamiento, y su admiración por la cultura francesa se mantuvo constante.
El aprecio que Francia mostró por Vargas Llosa se evidenció en varias ocasiones importantes. Fue integrado en la célebre colección La Pléiade, un honor usualmente otorgado a escritores ya fallecidos, y en 2023 fue aceptado en la Academia Francesa, siendo el primer escritor en entrar sin haber lanzado obras en francés.
Esos reconocimientos evidencian la sólida relación entre Vargas Llosa y Francia, basada en un respeto mutuo y en una pasión común por la literatura y la cultura. Su legado permanece como un enlace entre el universo hispanoamericano y la herencia literaria francesa, aportando valor al ámbito cultural global.